El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes

Tras la muerte de su madre, Aleksy fue internado en un psiquiátrico. Allí descubrió que el arte podría salvarle la vida. Ahora, muchos años después y convertido en un pintor reconocido, toda su obra gira obsesivamente en torno a un mismo recuerdo: ese último verano que pasó con ella. Desde su estudio, Aleksy regresa a cuando tenía diecisiete años y acompañó a regañadientes a su madre a un pequeño pueblo francés. Llevaba toda la vida odiando a esa mujer que nunca supo ser madre. Lo que Aleksy ignoraba es que aquel verano algo estaba muriendo en ella. A través de sus recuerdos y de la creación de sus cuadros, revive cómo madre e hijo intentaron entenderse por primera vez. Tres meses para aprender a mirarse sin odio. Tres meses para reconciliarse antes de que fuera demasiado tarde. Un verano que se convertiría en el centro de toda una vida, y que ahora Aleksy necesita contar para entender quién es.